peatom.info.- En Turkmenistán, el gran desierto de Karakum, que ocupa el 70% del país o 350.000 km², muy rico en petróleo y gas natural, posee uno de los escenarios más apocalípticos del planeta. En una antigua prospección de gas ubicada cerca de la pequeña aldea de Darvaza se encuentra el Pozo de Darvaza o cráter de Darvaza (Puerta del Infierno). En los trabajos de excavación la tierra se derrumbó por culpa de una caverna subterránea, se abrió un agujero de más de 60 metros de diámetro y 20 metros de profundidad. El gas natural comenzó a manar del agujero y tuvo que ser incendiado para evitar que el gas matara a todo ser viviente que estuviera a cierta distancia de él.
Desde hace décadas las llamas de aquel incendio se han mantenido provocando un espectacular fenómeno visual para todos los turistas que se aproximan a “The Door to Hell”
El gas de su interior sigue consumiéndose de manera incesante y, según relatan ejerce una especie de magnetismo sobre los insectos, atraídos por la luz no pueden evitar arrojarse a las llamas. En Turkmenistán solo el 2,5 % de la tierra es acta para cultivos, su población solamente ronda los 5 millones de habitantes. Este trozo de desierto es un lugar muy apetecible para los grandes países del mundo.
El cráter ardiente es espectacular, sobre todo de noche, nadie sabe con certeza cuando se apagara. Mientras, seguirá iluminando un desierto que esconde grandes riquezas en reservas de gas y petróleo.