blogs.elcomercio.pe.- Si una autoridad sueca paseara por zonas de América Latina donde abundan
los montículos de basura pensaría que el di nero está botado en las
calles. En Suecia, la basura es un recurso que se transforma en energía.
El 96% de los desperdicios se recicla o se deriva a las plantas de
incineración. Gracias a esto, un cuarto de millón de hogares se abastece
de electricidad y el 20% goza de calefacción. Sus rellenos sanitarios
reciben un escaso 4% de todo lo que los suecos desechan. De acuerdo con
Avfall Sverige, la institución sueca encargada de gestionar los
residuos,el éxito del sistema de reciclaje ciudadano está presentando
una desventaja: escasea la basura para producir aun más energía. Por
eso, la solución ha sido importarla desde Noruega mediante un convenio
por el que ambos países se benefician.