Antonio Torres del Cerro Lisboa, 28 nov (EFE).- Menos brillante que otrora, pero más eficaz, el Benfica, único club invicto que disputa pruebas europeas, ha batido su mejor registro puntual en la Liga de los últimos veinte años asentado en un cohesionado centro del campo y una sólida zaga.
A pesar de que sus 27 puntos no son suficientes para lucir el liderato -el Oporto lo ocupa por su mejor diferencia de goles-, el equipo del argentino Pablo Aimar y los españoles Javi García y Rodrigo presume de la mejor media de puntos desde 1990 y de no sufrir una derrota en 22 partidos oficiales de este curso.
Ocho empates y 14 triunfos es el notable saldo de los encarnados, que no han tenido precisamente un camino de rosas.
Un doble enfrentamiento ante el poderoso Manchester United en la Liga de Campeones o difíciles desplazamientos ligueros a Oporto y Braga fueron pruebas de fuego superadas con meritorias igualadas.
Otros complicados triunfos ante sus vecinos del Sporting de Lisboa o contra el Twente holandés figuran en su inmaculado currículo.
El doble campeón europeo (1961 y 1962) es además el único equipo participante en competiciones de la UEFA invicto esta temporada después de la reciente derrota del Barcelona en Getafe (1-0).
¿Cuáles son los secretos del conjunto dirigido por el metódico Jorge Jesús?. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Sin embargo, el Benfica ha invertido esos factores y ha preferido construir la casa por los cimientos.
El fichaje del guardián brasileño Artur Moraes, procedente del Braga, ha aportado regularidad en la retaguardia.
Con 1,92 metros de estatura, Artur, de 30 años, es infranqueable en los balones aéreos, ágil bajo los palos y determinado en las salidas.
A partir de él, Jesús ha construido una zaga solvente con el brasileño Luisao y el argentino Ezequiel Garay (ex del Real Madrid) como una pareja de centrales de nivel mundial.
El primero es el patrón de la defensa a la que dirige por su inteligencia táctica y envergadura. El segundo es rápido, fuerte y acertado en el corte.
Javi García, producto de la cantera del Real Madrid, agrega su intensidad defensiva y un afinado sentido de la colocación. El español, ojo derecho de Jesús, es también el hombre de las coberturas defensivas, especialmente en las subidas del lateral uruguayo Maxi Pereira.
En el medio del campo, la incorporación del medio Axel Witsel, procedente del Stardard de Lieja, ha sido fundamental para cohesionar las líneas por su despliegue y técnica. Además, su presencia ha liberado al cerebro del equipo, Aimar.
El esquema 4-2-3-1 de Jesús ha servido para resguardarle. Ahora está franqueado por Witsel y Javi García, detrás, y por el argentino Nico Gaitán -el otro creativo del conjunto- y el brasileño Bruno César en los costados.
A pesar de que su fuelle físico no es comparable al de otros compañeros, Aimar e, incluso, el propio Gaitán realizan una presión loable.
En el capítulo goleador, el conjunto ha presumido de efectividad, especialmente en jugadas a balón parado, y se ha aprovechado de puntuales rachas de sus jugadores.
Primero fue el español Manuel Agudo Durán, "Nolito", quien admiró por sus cinco goles en el inicio del curso. Después llegó el turno de César -seis goles- y a continuación el del paraguayo Oscar Cardozo, con nueve.
El último futbolista tocado por la inspiración fue el hispano-brasileño Rodrigo Moreno. El canterano del Celta de Vigo y Real Madrid está cerca de desbancar a Cardozo como referencia atacante y acumula seis dianas en once partidos.
El club más popular de Portugal al que atribuyen el mayor número de socios del mundo -más de 200.000- afronta próximamente tres complicados retos.
Un doble enfrentamiento ante el peligroso Marítimo de Funchal, uno de Liga y otro de Copa, y un tercero ante el Otelul Galati rumano, correspondiente a la Liga de Campeones, pondrán de nuevo a prueba su admirable cohesión.
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